miércoles, 13 de enero de 2016

Antonio Lopez de Santa Anna

Antonio Lopez de Santa Anna 


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Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón (Jalapa21 de febrero de 1794 – Ciudad de México21 de junio de 1876) fue un político y militar mexicano. Fue Presidente de México en once ocasiones, instaurado como dictador vitalicio con el tratamiento de Alteza Serenísima, aunque derrocado años más tarde. A lo largo de su extensa carrera política fue considerado ambiguo por participar en partidos contrarios, ya fuera con realistasmonárquicosrepublicanos,unitariosfederalesliberales y/o conservadoresSanta Anna fue también gobernador de Yucatán en 1824 y de Veracruz en 1829. Su figura es una de las más polémicas en la historia mexicana.
Nació en Xalapa Veracruz, el 21 de febrero de 1794. Sus padres fueron don Antonio Andrés López de Santa Anna y Pérez de Acal, subdelegado de la Provincia de la Antigua en Veracruz, y doña Manuela Pérez de Lebrón y Cortés. Ambos padres deseaban para él un porvenir tranquilo y acomodado, como correspondía a un joven aristocrático de ascendencia española. Sin embargo, por su carácter aventurero y sus deseos de sobresalir, consiguió ingresar en el Ejército Real de la Nueva España a los dieciséis años, el 6 de julio de 1810 como simple cadete en el Regimiento de Infantería Fijo de Veracruz. En 1811 su regimiento fue convocado para sofocar el movimiento insurgente iniciado un año antes por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, pero debido a la derrota de Hidalgo en la Batalla de Puente de Calderón, fue enviado hacia el norte. Las primeras experiencias militares de Santa Anna se desarrollaron en la provincia de Nuevo Santander y en la de Texas, bajo el mando del coronel Don José Joaquín de Arredondo, quien fue su instructor.


Ambicion a la presidencia y Rechazo a Iturbide


Antonio Lopez de Santa Anna c1853.pngLa transformación de una parte de la Nueva España en lo que hoy es México no iba a ser fácil; incluso, hoy en día, el territorio Mexicano ni siquiera comprende la totalidad de la parte septentrional (norte) de América a la que se referían los primeros independentistas. España desconoció hasta 1836 la independencia de sus dominios y esto hizo que aumentara el fervor de independencia en las principales ciudades. Luego de que Iturbide firmó los Tratados de Córdoba, en los que México se declaró independiente, empezó la polarización de políticos y militares mexicanos. Había en el recién nombrado Congreso Constituyente representantes monárquicos borbonistas e iturbidistas, así como republicanos. Además, España conservó Cuba, Puerto Rico, República Dominicana y las Filipinas, dividiendo aún más el antiguo reino.
Desterrado Iturbide en 1823 y restaurado el Congreso, comenzaron las pugnas entre centralistas y federalistas, a los que Santa Anna se une de inmediato. En esta ocasión fracasa un levantamiento que surgió en San Luis Potosí. Santa Anna, como su principal comandante, es enviado a la Ciudad de México para ser juzgado; por influencias que tenía en la Corte, fue absuelto.Durante los primeros años del México independiente, los acontecimientos ayudaron a Santa Anna en su imparable ascenso. Los levantamientos de 1827 le dieron la posibilidad de ponerse del lado del gobierno de forma sorprendente, puesto que la participación de su hermano Manuel del lado rebelde, hacía suponer que Santa Anna se retiraría de su hacienda en Manga de Clavo para apoyarlo. La suerte de los dos hermanos fue muy distinta a raíz de este acontecimiento: mientras Manuel era desterrado, Antonio obtenía el gobierno de Veracruz.
Poco más tarde se le brindó una nueva oportunidad. La convocatoria a las elecciones de 1828 nacía con la controversia entre las posturas representadas por Manuel Gómez Pedraza y Vicente Guerrero. Los partidarios del primero se oponían a hacer efectiva la expulsión de los españoles peninsulares restantes en el país. Apenas once días después de que Gómez Pedraza ganara las elecciones, Santa Anna se rebeló, exigiendo la sustitución del presidente electo por el general Vicente Guerrero, inaugurando con esto el inicio de las interminables guerras civiles en el país naciente.

Exilio y Muerte

Para 1855, el Plan de Ayutla de Álvarez había dado resultado, y los liberales lograron derrocar a Santa Anna y hacerlo marchar de nuevo al exilio. A pesar de que Santa Anna había atestiguado varias idas y vueltas de gobiernos, el triunfo del Plan de Ayutla marcó de una vez por todas la muerte política del nombrado 'Defensor de la Patria'.
Por el resto de su vida, se mantuvo en el exilio; pasando por diversos lugares: de Cuba a Estados Unidos, después a Colombia, y más tarde a la isla de Santo Tomás en las Islas Vírgenes. Durante esa vida itinerante, su voz se dejó oír en México sin provocar mucho ruido. Cuando se había instituido el nuevo gobierno liberal, Santa Anna publicó diversos artículos que instaban (sin éxito) a una rebelión en contra del régimen. De la misma forma, cuando se dieron los sucesos de la Segunda Intervención Francesa, Santa Anna escribió al gobierno mexicano ofreciendo sus servicios como militar para combatir al invasor; naturalmente, fue ignorado. Si bien Santa Anna siempre se encontró a favor de la soberanía máxima posible de México y aborrecía todo tipo de intervención extranjera, encontró simpatía en la restauración monárquica bajo el reinado del Emperador Maximiliano I de México, por lo que, entusiasmado por la causa monárquica, escribió también al Emperador para ofrecerle sus servicios, pero los asesores del archiduque austriaco le aconsejaron prescindir de sus servicios, por lo que sus atenciones fueron desestimadas.

La Tumba de "Su alteza Serenisima"
Finalmente, aprovechando la amnistía general durante el gobierno del presidente Sebastián Lerdo de Tejada, regresó definitivamente a México en 1874. Para entonces, Santa Anna ya era un veterano de 80 años que padecía cataratas y al que el pueblo mexicano tenía en el olvido (no fue tomado en cuenta durante el aniversario de la batalla de Churubusco). El General Santa Anna moriría dos años después en su casa ubicada en la calle de Vergara (hoy calle de Bolívar) número 14, en la Ciudad de México, la noche del jueves del 21 de junio de 1876. Su tumba se encuentra en el viejo Panteón Civil del Tepeyac, de la Villa de Guadalupe-Hidalgo, en la Ciudad de México

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